viernes, 3 de septiembre de 2010

Revisión y medidas

A la distancia de un 18 de abril del 2008, Miguel sigue muerto. Y su tumba sigue sin tener una flor que de mi mano le cayera. Los desayunos son menos protocolarios y mi amor por ti va en ascenso. Me he reivindicado. Ya no juego al turista, ya no te cobro cada caída. Mis bolsillos siguen llenos de artículos varios y mi mente de ensoñaciones irremediables. Sigo siendo amante de los puntos, las comas, las i griegas. Me invento palabras, términos y expresiones para que vengas a robármelas. Ahora lo sé, escribía para encontrarlo (a él) alguna vez, reencontrarnos. Y paso. 
Ya no necesito conocerte, podría pintarte a ciegas. Se acabaron las preguntas y la pobres dudas. Escupí estas miles de letras desde que necesite sacarte de mi alma. Pero tengo tan poca fuerza de voluntad que de poco escribir te metiste más. Aun aquí es como si estuvieras enterrado vivo boca bajo. Te me hundes. Y, aun así, no estás más cerca.

Sigo teniendo las manos como un puñado de tijeras. Soy peligrosa. Te cambio de nombre para que no me sepas, si te mastico crezco y si te tomo me hago pequeña. Miento mejor y por peores causas. Me caigo menos y me levanto poco, extiendo mi mano... el vacío. Hoy sé decir adiós y sigo odiando hacerlo, me escaparé siempre. No creo encontrar donde guardar mis zapatos. Aun es eterno el olvido, nunca sigue siendo mucho tiempo y para siempre continua rompiéndose a cada segundo.

¿Acaso habrá cambiado en dos años y medio algo en este sitio? Demasiadas cosas. Pero hay un nosotros inmutable que respeto más que a mi misma. El conjunto que respiramos por segundos cada millón de minutos cuando la vida nos junta y tu mano sostiene la mía y mi boca respira en la tuya.

Soy distinta. No mejor. Sin embargo hoy el peso de mis secretos es tan grave que por primera vez quiero que sepas quien soy sin tanto adorno. aunque siga teniendo los mismos tres lectores. Aunque opinen extraños y anónimos. Aunque mi mano toque el vacío.

A partir de aquí, termina la propiedad privada. Voy a desnudarme despacio y de a poco. Esta es mi piel.

2 comentarios:

Lourdes Meraz dijo...

Descarnado de tan sincero... Qué transparente es uno cuando escribe.

Mond dijo...

"Te cambio de nombre para que no me sepas... Hoy sé decir adiós y sigo odiando hacerlo..."

Nunca dejará de sorprenderme que hay frases que leemos en otros para hacerlas nuestras, para expresar lo que tenemos ahí, en lo más profundo.

Gracias