sábado, 4 de septiembre de 2010

No lo supongo, lo sé de cierto

Publicando borradores...

Tan perfecta como el ambar, la piel brillante a fuerza de luna por debajo de una sábana colocada a medio intento de cubrirla, de rescatarle el poco pudor que pudiera dejarle vivo el sueño. Los gruesos labios sellados en una llana sonrisa, rosados, hinchados de besos. Metida en un mundo que transtorna la realidad de tal modo que no parece dormida, no parece usada. Protagoniza un lienzo cubista con sus robustos recodos entornados suavemente en pro de la felicidad de quien a su almohada vela. Impoluta compañera de un recuerdo, excentrica respuesta a una pregunta. Descansa contemplada desde cerca.

EL.No es la primera vez que te encuentrás en mis brazos y sin embargo nunca había mirado el contorno de tu sombra en mi vida. De tu sombra que, de a poco pero con firmeza, se va tornando en una imagen nítida, con contornos en las palmas, con lunares, coloreada. Me atemoriza terriblemente compartirme contigo, exponerme totalmente a tu escrutinio y sin embargo me conoces mejor de lo que me conosco a mi mismo. Me lees a lo lejos y sin gafas, me predices, interceptas mis mentiras y en lugar de detestarme por eso pareciera que me amas. No, no es amor. Es más perfecto. Es nuestro.

No puedo ni decir tu nombre por que tu nombre no es el tuyo para ambos. Tu nombre se esconde entre líneas, lo tienes pegado a las pupilas, tu nombre significa muchas cosas menos aquellas que de nacimiento te condenan. No eres Diosa, eres agua. Vuela mi mano sobre tu garganta y quisiera destrozarle por infectar mi soledad con tus palabras. Por taladrar mi cerebro con tu forma de decir las cosas. Eres el único secreto que me apetece guardarme, la única mano a quien confiaría mi vida de necesitarlo. Eres, sin mucha explicación pues el ser como te ocurre deja de ser al explicarse.

ELLA. No duermo. Respiro tu mirada. La que se escapa entre tus pestañas. Escucho tus pensamientos, nos escucho conversar refiriendonos a nosotros como si fueramos el argumento de alguna obra, el resumen de un libro. Tu mano se pasea queriendo destruir la quietud del instante y mi mente se contruye una útopia donde tu nombre no se mienta, donde tu existencia se confirme. Donde no necesite tomar tu dedo y contornear mi rostro para que me adivines en la penumbra, un día en que tus manos me alcancen a tientas y me encuentren. Quisiera que no existieras. Pero existes. No necesito mirarte para saber como se deforma tu rostro en una sonrisa, como miran tus ojos cuando creen que no estoy atenta. Que vulgar ser como todos.

Abro los ojos y te sorprendo mirandome, mirandote en mis ojos. Respiro. Respiras. Escondes tu cabeza en un abrazo, no es la primera vez, pero nunca había dormido contigo.




1 comentario:

Abbita dijo...

aquí es cuando me echo a llorar.