domingo, 17 de agosto de 2008

Aquí entre nos?

Tengo un millón de cosas que contar siempre y pienso tanto todo el tiempo. En cosas simples, en teorías de todo tipo, en mis problemas, en los de otros. Enumero. Es un mal habito, no lo comprendo, es solo que creo que mantengo un amorio secreto con las comas, ellas me guiñan el ojo y yo les juro amor eterno, lealtad, fidelidad nunca, fanatismo. Y sigo pensando y hablo, nunca de más, puede que no tenga nada que decir pero siempre tengo algo que contar, me seducen las anectodas y quien soy yo para desairarlas. Ya lo dijo una vez Wilde, no hay mejor forma de librarse de la tentación, que cayendo en ella. Es maravilloso este asunto de los blogs, asi de sencillo a uno se le mete algo en la cabeza (es que es fácil contagiarse estos días, cuidado) y con la misma te sientas a darle rienda suleta a una pasión intermitente con el teclado, fluye, corriges, investigas, argumentas, sustentas, declaras, plasmas, mientes, juras...así de fácil y nadie salió herido. Contagias, en el mejor de los casos, la misma urgencía, la misma fiebre, el mismo esto o el otro y te postean (mira que es vasto el vocabulario y expandible como el universo) un comentario. Un no sé quien que vino no sé de donde a creerse que se yo que cosa o autoridad en la materia, un peeping tom, un mirón. Que bonitos son los mirones, le dan sentido a tantas cosas. No voy yo poniendome de lo más linda para que nadie se fije, si me he puesto todo esto encima es para que me mires, solo para que me mires. Todas esas cosas que solo las toca la vista, son trabajo de los mirones. Soy un mirón, en masculino porque además soy anónimo y uno no se pone a darle sexo al anonimato (el pobre). Y soy mirón en todas partes, por que bien dice mi madre "el que es perico dondequiera es verde" me gusta observarlo todo, esa mueca que haces cuando me miras de reojo pensando - Soy un imbécil pero igual estas sentada a mi lado-, cuando te metes el puñado de servilletas del McDonald's, cuando te sacas la carta de la manga y jurabas que nadie miraba, nadie importante tal vez, para ti solo yo. Cuando te peinas con la mano izquierda mientras manejas recordando -A ella le gusta asi- y finjes que no fue intencional con una sonrisa casi inocente. Me gusta el juego de no saber nada por eso no te lo digo y dejo que me sorprendas, que te creas mejor que yo, que me veas la cara. Es un juego divino navegar asi, volteo unos segundos después, sonrio, me sorprendo, te beso mientras escondes la piedra y con la mirada, solo así, digo -sabes que lo sé-. Cuántos papeles llevamos? Desde arriba: Contadora, Scherezade, celestina, mirón, jugadora (compulsiva), complice... . Me gusta escribir, me gusta que lo leas y si no lo haces me viene bien también seguir ahí, entre tus arbustos observando, palabreando, nombrandolos a todos en un solo yo: tu, hablandote a ti que eres tantos, haciendote sentir único, susurrandote siempre al oido, sabes que lo hago, quedito para que te me vayas durmiendo en los brazos, total esto, todo esto, es solo aquí... entre nos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Amiga!! Tú talento es innegable.. maravillosos y encantadores escritos. Disfruto cada palabra.

Un beso!

Sux

Álvaro dijo...

Que profundo!!, es como una montaña rusa de sentimientos....compras el boleto intrigado, sin saber que pasar, subes la primera cuesta, y cuando por fin bajas te das cuenta, que todo ah terminado.

Anónimo dijo...

Eso de quedarme dormida entre tus brazos...esta por verse...jajaja


tq lokis